La coña marinera

mayo 10th, 2013

Bob esponja

Hemos construido un submarino que puede sumergirse pero, que no es seguro que pueda emerger, por un fallo de ingeniería naval.

Construimos el primer submarino íntegramente español, el S-80 y lo hacemos mal. Navantia, empresa naval española, convence al Ministerio de Defensa para, sin ayuda de empresas extranjeras, construir cuatro sumergibles tipo S-80, con un presupuesto de 2.200 millones de euros. Nadie discute que eso da un respiro a nuestra industria naval, son empleos. Pero resulta que, una vez terminado el primer S-80, llamado Isaac Peral, se han dado cuenta que pesa entre 75 y 100 toneladas más de lo previsto ¿Qué significa eso? Pues que ese exceso de peso compromete la llamada reserva de flotabilidad, que permite a un submarino sumergirse y emerger, llenado y vaciando los tanques. Total una pifia de la ingeniería naval que pagamos todos.

Ahora tendrán que modificar el casco, posiblemente alargándolo para mantener el equilibrio peso/tamaño. Eso significa, un sobreprecio del submarino que nadie se atreve a evaluar y un retraso en la entrega. El retraso en la entrega, tal vez dos años, representa alargar la vida de los submarinos actuales que iban a ser sustituidos, circunstancia que también representa un costo suplementario, entre 30 y 35 millones de euros. La Armada quiere obtener estos fondos suprimiendo otras partidas, por ejemplo, la compra de torpedos. Me pregunto ¿para que queremos submarinos si no tenemos torpedos? Total: “la coña marinera”.

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