El cambio climático perfecto

julio 24th, 2017

 

El cambio climático perfecto

 

No hay más huracanes, ni más olas de frío o calor, ocurre que estos fenómenos son más violentos, más potentes, más extremos. Esta es una realidad del “cambio climático”. Por otra parte, con diferencia a hace cincuenta años, los medios informativos llegan a los rincones más alejados del mundo y nos muestran los fenómenos meteorológicos a través de la televisión.

 

El aumento de temperatura, esos cuatro grados que se incrementarán en los próximos años, son irreversibles, es un hecho casi imposible y sus consecuencias son impredecibles.

 

En las ciudades creará un mayor aumento de la contaminación, especialmente el CO2 emitido por los coches, causante de un efecto invernadero cuyas consecuencias son el smog. Se producirán olas de calor y temperaturas extremas que muchas personas no podrán resistir y morirán a causa de esas olas de calor y las combinaciones con otras patologías. Las olas de calor también originarán un mayor consumo de energía en refrigeraciones, neveras y frigoríficos. Mayor consumo de agua y pérdidas de terrenos para cosechar.

 

En los países africanos las consecuencias serán más dramáticas, ya que el calor afectará a las cosechas y producirá escasez de agua. Estas problemáticas llevarán a enfrentamientos entre tribus, pueblos y naciones. Las migraciones serán imparables y las fronteras entre países un nido de conflictos. Los destinos de estas migraciones, que huyen de la escasez de alimentos, lluvia y agua, también serán los países europeos. Hecho que originará la aparición de nuevas enfermedades, dado que se está produciendo un flujo de seres cargados de nuevas patologías. Seres inmunizados contra determinadas enfermedades contactaran con otros expuestos a cualquier contagio en las ciudades, hoy con el 56% de la población mundial, unas cifras en la que controlar una epidemia se hace cada día más difícil.

 

El cambio climático, sigo refiriéndome al aumento de temperatura, ofrecerá a toda una gran variedad de insectos, ácaros y mosquitos, la posibilidad de extenderse fuera de África e invadir nuevos continentes. Con ellos llegan las enfermedades tropicales, infecciones y un gran número de patologías que desconocemos; incluso la posibilidad de mutaciones que se amolden mucho mejor a los nuevos lugares.

 

El cambio climático significa olas de calor y de frío. Las olas de frío también producen un gran número de fallecimientos a causa de las enfermedades pulmonares y los diferentes tipos de gripes que aparecen. Los ancianos y los indigentes son las primeras víctimas. También hay un consumo elevado de energía y grandes problemas con las comunicaciones.

Ni por las olas de calor, ni por las de frío, podremos detener la migración y todas las consecuencias que originan. Y entre esos migrantes los habrá aquellos que nos reprocharán su situación por ser los culpables de las emisiones de CO2, por haber contaminado el mundo. El reproche se puede convertir en violencia terrorista, cuyo caldo de cultivo son aquellos que sufren en sus familias el hambre, la sed, la enfermedad y la miseria. Un migrante no comprenderá nunca que en su tribu mueran los ancianos y los niños por deshidratación, es decir, falta de agua, y aquí se derroche en millones de piscinas. No quiero realizar demagogia, pero recordaré que según la OMS y la FAO, en Europa tiramos en 35% de los alimentos.

 

La realidad es que aunque ahora redujésemos las emisiones de CO2 a cero, para poder normalizar las temperaturas e impedir su aumento, tendrían que transcurrir miles de años. Por tanto el escenario que he relatado es una realidad incuestionable. Como siempre, los políticos, no van a buscar soluciones, prever situaciones, almacenar recursos alimenticios y sanitarios, hasta que no les vean las orejas al lobo. Ya habría que estar creando comisiones dedicadas a paliar las dramáticas consecuencias que se nos avecinan, ya habría que crear fondos económicos, ya habría que considerar las enfermedades que van a traer los ácaros, mosquitos y otros insectos a traídos por el calor. Pero como siempre llegaremos tarde y nos limitaremos a “parchear”, hasta que un día no aguante ningún parche más y todo pete en un imparable desastre global. Igual que la tormenta perfecta, el cambio climático perfecto está servido.

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