El efecto dominó de la independencia de Catalunya.
La independencia de Catalunya es algo más profundo que los deseos del pueblo catalán, incluso es algo más complejo que aquella partida de ajedrez que contemplaba Alicia en el “País de la Maravillas” en la que las piezas representaban países. No hablo de conspiraciones cuando aseguro que el pueblo catalán es víctima de un proceso previsto seriamente seguido por la geopolítica internacional.
En todo este proceso han intervenido factores que están más allá del entusiasmo, sinceros deseos y fervor de los independentistas. Factores económicos, políticos, geopolíticos, estratégicos y militares; una serie de poderosos componentes que están al margen y muy por encima de los deseos ideológicos de los ciudadanos catalanes.
Para el partido en el poder la independencia catalana ha sido un velo de distracción ante las sentencias judiciales que se le vienen encima y que demuestran la gran corrupción de su gobierno. Así como su precaria situación ante la deuda externa e interna, sin mencionar su imagen exterior de un Estado en el que reina el amiguismo y la corruptela.
La monarquía ha aprovechado la situación de Catalunya para convertirla en una especie de 23F en la que el monarca actual, con su intervención televisada, ha hecho creer al resto de los españoles que el estamento real ha vuelto a salvar a España. Un estamento real que arrastra una historia nada ejemplar desde que fue impuesto por la dictadura. Y no nos engañemos, aunque el monarca haya comparecido de paisano ante las cámaras de televisión, su mensaje no es más que una advertencia de la silenciosa institución militar.
Pero ha sido la incidencia de la geopolítica internacional la que más peso ha tenido ante la declaración de independencia. No nos engañemos, la independencia catalana podía haberse convertido en un efecto dominó en España y en Europa. En España hubiera sido seguida por el País Vasco, Navarra y otras autonomías. Para Francia, Bélgica, Italia y Alemania era un asunto preocupante un ejemplo que podía desencadenar en Francia efectos similares en Bretaña, Córcega, la Guayana e islas de los archipiélagos del Atlántico; podía dividir Bélgica en flamenca y valona; fracturar Italia con la separación e independencia de la liga del Norte; e incluso crear problemas en Alemania con su reticente zona bávara. Y ya no menciono el caso de Inglaterra con Escocia.
Una Europa disgregada sería beneficioso para Estados Unidos y Rusia. Pese a las palabras de Trump de unidad – dudo que Trump sepa dónde está Catalunya -, subyace el hecho que una Europa no unida dejaría de ser ese competidor económico y comercial como lo es ahora para Estados Unidos. La competencia aeroespacial europea solo es factible en una Europa unida, así como el funcionamiento del LHC y la puesta en marcha del ITER.
Para Rusia es una estrategia necesaria la disgregación europea y su OTAN; la diplomacia Rusa se ha mantenido silenciosa, pese a que ve la legalización del estado catalán como una legitimación de la secesión prorrusa en Crimea. De ahí su “deziformatsiya” a través de sus agencias de Internet, como “ActualidadRT y Russia Today”, agencias que sigo diariamente y que han tergiversado con sus titulares la realidad de la información referente a los países que ofrecían algún tipo de apoyo a Catalunya. Por otro lado subyacen los oscuros contactos que han podido producirse en dudosas oficinas comerciales y turísticas rusas ubicadas en Barcelona.
No nos olvidemos de Israel, con miles de empresas en Catalunya e intereses financieros, con su especial simpatía a los Mossos d´esquadra. Los israelitas han mantenido un prudente y silencioso posicionamiento, especialmente su presidente Reuven Riylin que visitará Madrid la próxima semana, y que ha manifestado la postura de su gobierno de “no entremeterse” en cuestiones internas de otros países, pero que también ha dejado escapar la coletilla de que “no es un secreto de que tenemos muchos amigos en ambos lados”, hecho que no desmiente los rumores sobre posibles contactos con la Generalitat.
Y también hay que mencionar a Marruecos, que tiene la mayor población emigrante de toda España en Catalunya, y que ve la ruptura de la unidad de España como una oportunidad para reclamar, nuevamente, Ceuta, Melilla e incluso las Islas Canarias. Marruecos siempre ha puesto sobre la mesa sus reivindicaciones cuando la debilidad política de España era evidente. Recordemos que Marruecos lanzará en los próximos meses su primer satélite espía.
Se comenta que en Barcelona ha habido estas últimas semanas más agentes secretos de todos los países que en el bar de Rick de la película “Casablanca”, o en todas las novelas juntas de John Le Carre.
El puzle es aún más complejo si nos sumergimos en aspectos financieros, bancarios y multinacionales. La estrategia geopolítica-financiera internacional ha intervenido en el proceso presionando aquí, influyendo allá, acosando por un lado y manejándonos como ha querido. Hemos sido una vez más conejos de laboratorio a los que han inyectado un reactivo de nacionalismo, nos han abierto las jaulas y nos han dejado sueltos por el lugar, clamando y expresando nuestras ansias de libertad. Mientras los poderosos estamentos esperaban que se calmase la reacción inyectada, para colocarnos nuevamente en nuestras jaulas.
Siempre han dominado la situación, han tenido el poder de las fuerzas armadas, el poder policial y del CNI, el poder de una justicia dudosa e ideológicamente a fin al gobierno actual, el dominio de la banca como único avalador, el poder de los medios de comunicación del resto de España que ha tergiversado los hechos y ha dado una imagen irreal del pueblo catalán, y la estrecha vigilancia tutelar de Bruselas, que incluso duda a la hora de amparar un gobierno en el exilio.
Ahora todos los independentista de Europa están advertidos, nada de tentativas, nada de nacionalismos, nada separatismos, porque os podemos aplastar aunque vuestras demandas sean pacíficas e, incluso justas.
He tratado de ser realista dentro de la brevedad de este análisis, he podido omitir algún factor y, sobre todo no hago conjeturas sobre el final de este momento histórico que vivimos, porque finales puede haber muchos e inesperados, en cualquier caso termine como termine… las estrellas seguirán brillando en la noche.