Colonizar Marte: un viaje sin retorno

febrero 14th, 2014

Reflexionaba sobre las complejas razones que pueden impulsar a un individuo, mentalmente equilibrado, para presentarse voluntario a un viaje sin retorno al planeta Marte, un viaje en el que lo único que está garantizado es que no lo traerán de vuelta a la Tierra. ¡Qué ocasión para enviar a nuestros políticos!

Pese a este inconveniente sin importancia, se han presentado 200.000 voluntarios de todo el mundo, de los que, en una primera criba, se han seleccionado a 1058. Me imagino que se han descartado, inicialmente, a aquellos que no reunían las condiciones físicas necesarias, y especialmente a aquellos cuyas facultades mentales eran dudosas, ya que a este tipo de aventuras suelen acudir esquizofrénicos que han oído voces que les han alentado a viajar a Marte; paranoicos que son portadores de mensajes para salvar al mundo y ahora llevarlo hasta Marte; inteligentes psicópatas dispuestos a realizar una escabechina tipo Alien con sus compañeros de viaje a menor descuido de estos; y fanáticos religiosos que ven la necesidad de llevar su evangelización hasta Marte y crear una nueva “mormon-city” entre las gargantas y cráteres rojizos de la árida geología marciana.

Podemos colonizar Marte con aventureros, soñadores y exploradores, pero no con locos e iluminados. Realizarlo con estos últimos sería crear una sucursal de la Tierra en un mundo que comienza.

Pienso que algunos de estos voluntarios, al margen de la seducción marciana que Ray Bradbury nos contagió con sus Crónicas Marcianas, gozarán de otras razones de peso para enrolarse en esta aventura colonizadora. Unos tendrán un espíritu de aventura, como aquellos que se embarcaban en los puertos europeos con sus escasos enseres y se lanzaban a atravesar el Océano Atlántico o Mar Tenebroso con sus terribles tempestades para llegar al Nuevo Continente. Lo hacían en naves  insalubres,  frágiles e inseguras, propensas a naufragar en el inmenso mar salado al más mínimo oleaje que hoy supera hasta un surfista novato. Ahora los futuros nuevos colonizadores tienen que atravesar el espacio planetario con sus tormentas solares, la exposición a la radiación cósmica, y los peligros de los meteoritos y asteroides en reducidas naves sujetas a cualquier tipo de avería que los haría naufragar en un vació absoluto.

Imagino que muchos están poseídos por esa necesidad de abandonar este loco planeta y otros se habrán presentado por la imperiosa necesidad de huir de un entorno en el que ya no aguantan más. Un entorno provocado por un jefe dictatorial en su mundo laboral, una suegra insoportable a la que se ha aliado la esposa que ya no les importa nada, un cuñado cretino que no hay quién lo aguante o un sistema social que aborrecen. También puede que las hipotecas y las deudas sean la razón de largarse lo más lejos posible, cosa que antes se remediaba con la Legión francesa.

Pero creo que también  hay quienes quieren ser pioneros en la conquista del espacio, en este caso en la conquista de un planeta de los que forman parte de nuestro sistema planetario y que no deja  ser más que uno de los billones de planetas que alberga nuestra galaxia. Tal vez estos pioneros están dominados por un gen regresivo que les impulsa a regresar al espacio del que provenimos. Somos polvo de estrellas y nuestro destino es explorar nuestro origen que, inicialmente, nos permitió evolucionar en la Tierra desde micro partículas cósmicas, hasta seres que transportan un cerebro de alrededor de 1.200 gramos que busca desesperadamente sus orígenes.

Me preguntaba un amigo si yo me hubiera enrolado, de ser más joven, a una aventura semejante y que tres cosas me hubiera llevado. Pues dado a ir a colonizar Marte me hubiera llevado: una mujer, otra mujer y otra mujer.

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Sin novedad en Marte…señores

diciembre 4th, 2012

Marte siempre es consecuencia de malas noticias, sorpresas y bulos. La esperada Rueda de Prensa de la NASA del día 3 de este mes ha sido decepcionante para los que esperaban un gran descubrimiento, tal como había anunciado un portavoz de la NASA que, incluso llego a decir, que se escribiría en los libros de historia lo que se iba a anunciar. Pues bien, nada de nada. Curiosity sigue buscando compuestos orgánicos y advierte que el planeta rojo tiene una química compleja. No se ha encontrado nada espectacular.

Ahora surgirán nuevos bulos. Algunos dirán que se está ocultando un gran descubrimiento, que Curiosity había encontrado algo. ¡Seguro! Han encontrado una moneda de Marcus Marcianus, el rojo, de la I Dinastia marciana, además la moneda es de plutonio.

Desde el fallido anuncio de la NASA han aparecido falsos videos de ciudades marcianas, Ovnis, túneles secretos y bases de las SS. No cabe duda que Marte altera la imaginación. Ya en 1877 el astrónomo Lowell vio canales en la superficie del planeta rojo. Orson Wells nos asustó, a través de un programa de radio, con una invasión de marcianos. Y cada vez que Marte se acerca a la Tierra tenemos oleadas de avistamientos de Ovnis procedentes del planeta rojo.

Tras los lanzamientos de las primeras sondas, los fantasiosos vieron la oscura mano de los marcianos. La realidad es que fracasaron la Mars Observer, Mars Polar Lander, Mars Climate, Beagle-2, Spirit que se atascó en la arena, y de la japonesa Nozomi que desapareció.

De la fantasía marciana me quedó con el relato de Ray Bradbury, Crónicas marcianas. Es ciencia-ficción pero romántica, conmovedora… al fin y al cabo si escribo libros de divulgación científica es gracias a este relato y a Ray Bradbury.

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Por qué hemos ido a Marte

septiembre 18th, 2012

¿Por qué hemos realizado este gran esfuerzo en depositar en Marte al Curiosity? Principalmente era un momento oportuno técnicamente hablando. Marte tiene una órbita que lo aproxima a nosotros y lo aleja. Estas oscilaciones van desde 55 millones de kilómetros, en oposición a la Tierra, y a 400 millones de kilómetros, ahora el planeta rojo se encontraba en relativamente cerca, una posición que tardará mucho tiempo en repetirse. Su situación ha permitido un viaje más corto y, en consecuencia, menos riesgos y gasto de combustible.

Marte se popularizo en la imaginación de todos a través de las observaciones de Percival Lowell (1855-1916) que creyó ver “canales” en su superficie, lo que se interpretó como obras de ingeniería de los marcianos. También llevó a Orson Wells a realizar un programa radiofónico que simulaba una invasión de marcianos a la Tierra, una emisión tan real que sembró el pánico entre los ciudadanos de Estados Unidos.

Marte ha servido de inspiración a muchos escritores de ciencia-ficción, pero nadie realizó un relato tan profundo como el fallecido Ray Bradbury en sus Crónicas Marcianas, con sus agonizantes y frágiles marcianos entre las brumas de sus consumadas ciudades.
Marte es el planeta más parecido a la Tierra. Cuando veo sus desiertos me da la impresión que estoy contemplando las mesetas del Sahara, incluso sus cañones tienen cierto parecido a las montañas basálticas de Tassili.

Ahora, el Curiosity recogerá datos concretos sobre su atmósfera y sus temperaturas y que condiciones tendrán que soportar los futuros astronautas que pisen este planeta. También conoceremos la intensidad de sus tormentas de arena. La cantidad de agua disponible. Por ahora sabemos que su débil atmósfera es insuficiente para nosotros, que la radiación en la superficie es peligrosa, y que la temperatura oscila entre un mínimo de -133º C y un máximo de 27º C.

También sabemos que es un mundo geológicamente monstruoso con el que no podemos competir. Tiene cañones (Vallis Marineris) de 4.000 kilómetros de largo y profundidades que oscilan entre 2 y 7 kilómetros. Un cráter (Hellas Planitia) de 2.000 kilómetros de diámetro. O un monte-volcán (Olimpo) de 24 kilómetros de altura y 500 de diámetro. Tres veces el monte Everest. Por otra parte los futuros astronautas disfrutaran de la visión de dos lunas: Fobos y Deimos, de 11 y 6 kilómetros de diámetros respectivamente.

Cabe destacar que entre las primeras imágenes que ha enviado el Curiosity aparece una pared estratificada que puede significar la oportunidad de encontrar fósiles – si alguna vez hubo vida – de diferentes épocas de la vida geológica de Marte.
No ha sido fácil llegar a Marte y aterrizar o “martirizar” sin ningún problema. Viking 1 y Viking 2, se posaron en 1976; Mars Observer desapareció en 1993 tres días antes de llegar al planeta rojo. Mars Polar Lander se perdió por un fallo del software; Mars Climate Orbiter se estrelló por un fallo en el cálculo de las distancias, se dieron erróneamente en dos sistemas distintos; Rusia lanzó 17 sondas sin éxito; Mars Oddisey llegó en 2001 y detectó agua en los polos; Mars Express de la AEU llegó en 2003, el robot que transportaba, el Beagle-2, se estrelló en la superficie; en el 2004 aterrizó el Opportunity, posteriormente el Spirit que se quedó atascado en las arenas de Marte; en 2006 la Mars Reconnaisance Orbiter entró en órbita; finalmente hay que destacar que los japoneses lanzaron la sonda Nozomi que se acercó a 1.000 kilómetros y terminó perdiéndose en el sistema solar.