La ley del oeste, la ley del espacio

marzo 13th, 2015

Hubo una Ley Bíblica, una Justicia del Rey y Eclesiástica en Europa, una Ley de Oeste en América, Leyes Internacionales y, ahora, precisamos una Ley del Espacio.

Pronto surgirán especialidades como astroabogacía o exoabogacia, porque los conflictos por la titularidad de terrenos en la Luna, Marte o propiedad de un asteroide van a desatarse si las naciones no firman tratados internacionales.

Existe el Tratado del Espacio Exterior, de 1967, en el que los afirmantes acuerdan que ninguna nación podrá reclamar su soberanía con respecto a ningún cuerpo celeste, pero no dice nada con respecto a que lo pueda hacer una empresa o una multinacional. ¿Por qué? Porque cuando se firmó nadie imaginaba que en la conquista del espacio iban a participar y encabezarla las empresas privadas.

Un Convenio Internacional de 1979 establece que las empresas no podrán obtener beneficios de sus explotaciones en el espacio, y prohíbe la propiedad privada en la Luna y en cuerpos celestes. Además establece que las riquezas conseguidas en el espacio deben de repartirse entre los países menos desarrollados. Es un Convenio redactado con altruismo, pero ni Estados Unidos, ni Rusia y China lo han firmado ¡Mi gozo en un pozo!

Una empresa privada puede descubrir un gran yacimiento de materiales críticos en la Luna (europio, neodimio, silicio, litio, grafeno, etc.) e instalarse en ese lugar para explotarlo, pero nada impide que al lado aterrice otra nave de la competencia y se ponga a explotar el yacimiento.

Una empresa puede traer un asteroide de grafeno y colocarlo en un punto Lagrange entre la Luna y la Tierra para poderlo explotar, pero nada impide que otro “parasito” se instale encima para perforar. Si son robots pueden llegar a luchar entre ellos.

¿De quién es una nave abandonada? ¿Tiene derecho a la mitad de la carga quién rescate a una nave averiada? ¿Es del primero que llega un asteroide? ¿Hay que modificar la ruta de navegación si otra nave está en peligro? ¿Qué explosivo se pueden utilizar en los yacimientos? ¿Ocurrirá lo mismo que en California cuando se descubrieron pepitas de oro en los ríos que convirtió un lugar paradisiaco en el salvaje Oeste?

Se plantean miles de cuestiones judiciales que hay que resolver, pero, por ahora, no parece existir ninguna prisa, parece que está jugando a ver quién llega el primero y después ya hablaremos.

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Partido politico Google

enero 26th, 2015

Me permitirá el lector que hoy realice un futurible (análisis prospectivo), en el que suponga que Google decidiese transformarse en un partido político y se presentase a las elecciones.

Hay dos posibilidades en el lanzamiento de un partido Google: una a nivel local de los Estados Unidos, y otra a nivel global, es decir en todo el mundo. Esta segunda opción está basada en el hecho de que Google es global, con seguidores globales. Abordemos inicialmente una campaña local.

Los propietarios de Google S. Brin y L. Page disponen de suficientes medios económicos para lanzarse a competir con el Partido Demócrata y Republicano en Estados Unidos. Tienen el soporte de Google en Internet, y su campaña no sería a base de mítines por los diferentes Estados, utilizarían el soporte de la Red, llegando a todos los hogares. Por otra parte tienen millones de perfiles humanos y datos sobre la población con sus costumbres, necesidades y preferencias. La campaña de Google se realizaría a través de la Red y sus recursos informativos.

Conociendo los proyectos en los que están comprometidos S. Brin y L. Page, tiendo a pensar que su partido sería una Noocracia o un partido semejante al Transhumanista de Zoltan Istvan del que hable en mi envío anterior. ¿Por qué pienso que sería una Noocracia o un Transhumanismo? Porque Google está comprometida en el proyecto “Initiative 2045”, del que hablo en mi libro Inmortal: la vida en un clic; porque su director de ingeniería es Ray Kurzweil, que dirige el programa de robótica, avatares e inmortalidad; y porque Google ha puesto en marcha CALICO (California Life Corporation) dedicada a la extensión de la longevidad de la vida. Y porque tienen laboratorios de investigación farmacéutica, genética y tecnología médica por todo el mundo.

El Partido Google se centraría en una campaña con una filosofía de aumentar la calidad de la vida de los ciudadanos a través del progreso de la ciencia y la tecnología, con el fin de evolucionar más allá de sus actuales limitaciones físicas. Es decir, mejorar la condición humana, utilizando la tecnología, bioingeniería y IA para una mayor longevidad de la vida.

Un partido que prescindiría de patriotismos, religiones y aventuras bélicas para centrarse en la ciencia, la salud, la calidad de la vida, el conocimiento y la longevidad.

¿Quién gobernaría en una Noocracia de Google?: las computadoras, los técnicos, el asesoramiento de los consejos de sabios. Internet permitiría que las decisiones se votasen en referéndums mensuales o semanales, a nivel nación, regional o incluso de barrios de una ciudad. Sería el pueblo quién decidiera qué quiere y cómo lo quiere. Un auténtico gobierno de los ciudadanos. Internet ofrecería recuentos claros del dinero de los impuestos y su utilización en los objetivos decididos por todos.

Tendrían el voto de los seguidores de Google en todo Estados Unidos, y si triunfasen podrían repetir este mismo método a nivel global. ¿No es Google una empresa global? ¿No podría ser un partido a nivel global si sus seguidores le votan? Recordemos, además, que Google se ha comprometido recientemente con Virgin en la aventura espacial y los satélites de telecomunicaciones.

No seamos ingenuos, una perspectiva así tiene posibilidades de triunfar entre los milenials, y también entre los que están cansado de los partidos tradicionales, de los políticos, de los presidencialismos. No nos engañemos las Noocracias gobernarán en el futuro, más tarde o más temprano, y será un soporte tecnológico como Internet quién las impulsará… y sólo una corporación multinacional como Google puede impulsar una idea así.

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La última del 2014

diciembre 24th, 2014

Mi modesto mensaje de fin de año es una reflexión de dónde estamos y que sabemos. Seamos sinceros y expliquemos el estado de la ciencia, es decir, aclarar que sabemos en realidad sobre la física, la cosmología, el cerebro y nosotros mismos de la forma más breve posible.

Seguimos sin conocer el 95% del Universo que nos rodea, solo intuimos un 4,9. No tenemos muy claro el concepto del tiempo ni la flecha del tiempo, ni la entropía. Algunos físicos teóricos empiezan a considerar que la gravedad es una ilusión. En la teoría cuántica el modelo estándar parece funcionar, pero no estamos muy seguros si el bosón de Higgs es verdadero. La teoría de las cuerdas parece ser un camino para crear una teoría del Todo, por lo menos funciona matemáticamente, pero no es aceptada por todos los científicos. La mejor fórmula de la física de Einstein (E = mc2) tiene sus pegas ya que parece que la velocidad de la luz no es la velocidad máxima que existe.

En Cosmología se pone en duda que nuestros universo sea el único, según algunos físicos hay que considerar los universos paralelos y burbuja. Tal vez todo es una ilusión como Matrix, tal vez no somos ni realidad.

En cuanto a nuestros orígenes, el árbol genealógico humano no parece tan sencillo, el Homo sapiens ha tenidos hibridaciones con Neandertales y otras especies. Hay muchas ramas que están incompletas. Ni siquiera tenemos claro el origen de la vida, si su cuna fue la Tierra o vino de fuera.

Con respecto al cerebro, los nuevos programas de investigaciones internacionales empiezan a revelar que es más complejo de lo que esperábamos y que el 90% de la salud depende de este órgano. También sabemos que si no nos alimentamos correctamente tarde o temprano enfermaremos. Lamentablemente corre mucha mierda por ahí. Seguimos inmersos e impotentes ante ese lado oscuro y comercial respecto a los medicamentos y las vacunas, un lado cruel dominado por los intereses comerciales de las multinacionales farmacéuticas.

En cuanto a nuestra civilización por fin nos hemos dado cuenta que depende de un hilo, que es muy vulnerable, que corremos el peligro de un impacto de asteroide o cometa, que una eyección de masa de la corona solar puede achicharrarnos, que puede producirse una inversión del campo magnético de los polos, o que un mega volcán puede acabar con todos. Incluso un virus como el Ebola puede ser apocalíptico.

Respecto a nuestra sociedad también fallan nuestras democracias en las que abunda la corrupción. El poder del dinero sigue gobernando el mundo. El terrorismo crece y seguimos temiendo la proliferación de armas nucleares.

Internet nos hace con sus redes muy vulnerables, ya que un virus maligno puede paralizar todo un país. Y qué decir de la guerra de creencias religiosas que ha originado la aparición de yihadismo capaz de golpearnos con su fanatismo en cualquier lugar del mundo.

Me dirá el lector ¿Qué hay de bueno don pésimo? Hay de bueno que estamos vivos, que seguimos pensando, que seguimos sabiendo cada vez menos de más y más cosas. Amigo lector no se atormente, viva el presente intensamente, disfrute la vida todo lo que pueda, coma y beba estas fiestas y no haga tripas por tener que compartir mesa con ese cuñado o familiar cretino que todos tenemos. Viva el “aquí” y “ahora”. Viva el mundo cada día como si fuera a ser el último de su vida. No deje que nadie le venga con historias mundanas y cotilleos. No soporte por educación a ningún cretino. Ríase de aquellos que tienen prejuicios, “titulitis”, soberbias, petulancias, jactancias, vanidades, pedanterías y que viven pendiente de lo que hacen los demás, en el fondo esos individuos son una nueva especie de la psiquiatría y antropaleontología: el homo maniáticus.

Sigan mi consejo, pero no se olviden de los amigos y de los que les necesitan y, sobre todo, de los que ya no están.

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La ciencia accesible

diciembre 12th, 2014

El comienzo del último mes del año 2014, tuvo una buena noticia, la revista Nature, una de la más importante de información científica, se convertía en accesible y gratuita a través de Internet. Otras 48 revistas del mismo grupo editorial (NPG) hacían lo mismo.

Este es un esfuerzo para comunicar la ciencia a los ciudadanos en general. Diría que es una necesidad, ya que el desfase entre científicos y ciudadanos es terrible, y muy pronto la gente no comprenderá lo que se está investigando y lo que se está descubriendo.

Discutíamos en Facebook, hace unos días, lo que ha costado la Operación Rosetta, pero nadie ha pensado que el llegar a un cometa y estudiarlo nos puede salvar la vida el día que ese cuerpo este en ruta de colisión con la Tierra. La experiencia Rosetta nos permitirá interceptarlo, desviarlo o explosionarlo.

Me encuentro que gente que tiene estudios básicos me pregunta, por ejemplo, “¿Qué es la nanotecnología?”, “¿Qué es y para qué sirve una neuroimagen?”, “¿Cuántas estrellas hay en el Universo?”, “¿Qué es la física cuántica?” y cosas parecidas. Son gente que trabajan como comerciales en empresas, bancos, comercios, servicios. Gente que está utilizando las nuevas tecnologías pero no desconocen la diferencia existente entre Software y Hardware, fusión y fisión, psicología y psiquiatría, etc. Gente que no cree que la mayor parte de la razón de las enfermedades que sufrimos está en la alimentación, en la contaminación y en nuestra psiquis. Es decir, somos los responsables de nuestra salud.

Hay materias que se desconocen completamente. No sería lógico que nuestros ciudadanos tuvieran un mínimo conocimiento de dónde están en el Universo y las distancias que nos separan de otros astros, he ahí un tema en el que las cifras les bailan; no sería lógico que supieran que descienden de primate y Australopithecus y que para alcanzar el grado de Homo han transcurrido muchos millones de años. Nuevamente las cifras les bailan.

Más que nunca tenemos que crear un puente entre el mundo científico y los ciudadanos de nuestros países. Un mundo en el que, gratuitamente, se les explica los conocimientos científicos a los que hemos llegado, de que nos sirven, que hemos obtenido de ellos. Y todo esto se debe explicar de una forma comprensible, al nivel de su cultura, resaltando lo maravilloso que es el micro y macro mundo que estamos descubriendo, como estamos comprendiendo nuestro cerebro y de que nos servirá esta comprensión. Hay que realizarlo con entusiasmo, con ejemplos sencillos, con empatía, despertando el interés y las inquietudes de los oyentes, haciéndoles participar, escuchando sus reflexiones, aplaudiendo sus propuestas y, recibiendo con humildad sus ideas y reflexiones que, en muchos casos, pueden ser formas de ver problemas técnicos y científicos que los especialistas no habían considerado.

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Ese cuatro por ciento del Universo

octubre 15th, 2014

No me refiero a las comisiones que perciben algunos partidos políticos o sus representantes, sino a un 4% más importante y trascendental: el 4% de lo que vemos de nuestros Universo.

Todas esas imágenes de estrellas, galaxias, nebulosas y objetos que nos ofrecen las fotografías de los grandes telescopios representan, solamente, un 4% del Universo, el 96% restante es energía y materia oscura que no hemos logrado descifrar ni ver. Sólo tenemos una explicación satisfactoria para ese 4% del Universo que está formado por materia ordinaria visible.

La energía oscura es la supuesta causa de la aceleración en la expansión del Universo, y la materia oscura está ahí con su efecto gravitatorio manteniendo a las galaxias en el seno del cúmulo.

El físico Freeman Dyson destacaba que no podemos entender el Universo si se aísla de los fenómenos de la vida y la consciencia. Y en ese aspecto pienso que los seres humanos también estamos percibiendo sólo un 4% de nuestro Universo cotidiano.

Nuestro entorno, el espacio que nos separa a unos de otros, está repleto de millones de moléculas, átomos y partículas que no vemos, pero están ahí. También hay microbios, virus y bacterias que viajan anaerobiamente por nuestro entorno. No vemos las ondas de radio, televisión o móviles, ni los rayos gamas y ultravioleta que nos atraviesan, igual que los millones de neutrinos que cada día pasan a través nuestro cuerpo en su viaje por el Universo.

Detectamos la luz, pero sólo entre las longitudes de onda de 390 y 700 nanómetros que nos permite distinguir 7 millones de colores, pero nos perdemos la visión del mundo en infrarrojo y ultravioleta y millones de tonalidades más. Con los sonidos nos sucede otro tanto, entre 20 y 20.000 Hz o ciclos por segundo, podemos discriminar 340.000 tonos, pero por debajo de 20 y por encima de 20.000 donde nos perdemos un mundo de extrañas melodías. Lo mismo sucede con el olfato incapaz de distinguir feromonas, adrenalinas y otros productos cuyos olores si distinguen algunos animales.

Hay un mundo ahí fuera, aquí en nuestro planeta, que no vemos. Solo somos conscientes de otros seres vivientes, plantas, montañas y objetos que hemos fabricado… un escaso 4%, como la materia visible del Universo.

Y no quiero ya hablar de la posibilidad de universos paralelos, dimensiones extras, antimateria y multiversos, que nos convierten en seres insignificantes frente a otras realidades.

No sabemos que es la energía y la materia oscura, desconocemos si hay dimensiones extras en el Universo y nos perdemos en abstracciones cuando hablamos de los infinitos universos posibles que nos pueden rodear. Y nos perturbamos       ante la posibilidad de la existencia de otras fuerzas exóticas de la naturaleza que aún no hemos descubierto.

La mecánica cuántica, con sus paradojas, se presenta como otra alternativa de ver el mundo que nos rodea. Los físicos cuánticos aseguran que para ellos el mundo es cuántico, y no hay ninguna separación entre el mundo clásico y el cuántico. Es más es el mundo clásico el que emerge a partir del cuántico, lo que hace que muchas paradojas cuánticas desaparezcan.

Nuestro mundo, nuestra sociedad a la que le damos tanta importancia, nuestros obsoletos valores por los que nos sacrificamos y defendemos en absurdas guerras, nuestras tragedias cotidianas y nuestra farsa social, no son más que una minúscula parte de un Universo abrumadoramente enigmático. Un Universo que recurre a nuestros cerebros, que él mismo ha creado, para conocerse y pensar sobre sus orígenes.

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