Se cumplen dos años de mi blog

septiembre 4th, 2014

En dos años he escrito 235 posts y he tenido 45.500 visitas de 73 países diferentes. El post más visitado fue “¿Cuántos ateos hay en el mundo?” con casi 1.500 visitas.

Me preguntaba “por qué escribo este blog”. Desde luego no es un ejercicio de pedantería, presunción o vanidad; después de más de 60 libros escritos todas esas falaces emociones ya han sido abandonadas por el camino. Escribo en este blog para explicar, de una forma accesible a todos, determinados descubrimientos científicos que emergen en nuestra civilización. Creo, sin ninguna presunción, que tengo acceso a una buena información científica a través de una compleja red que me he creado; así como buenos contactos y amigos dispuestos a detallarme los nuevos avances.

Me gusta explicar, a aquellos que están en otras disciplinas, lo que aparece en campos donde ellos tienen menos conocimientos. Me encanta leer sus comentarios de sorpresa y ese: “¡No me lo puedo creer!”. Expresión que cada día se hace más frecuente y cotidiana, en una sociedad de descubrimientos cada vez más sorprendentes.

Me encanta cuando alguien me solicita que explique algo sobre un determinado tema en este blog. Veo interés y me esfuerzo más en que la respuesta sea lo más completa posible. Así que, ya saben, pueden solicitar sin miedo, no los decepcionare.

Me encanta recibir e-mail de mi «Editor digital» (@jordiv) que me anuncia: “¡Hoy tienes 1.200 entradas! ¡Felicidades!”. Él es en parte responsable de este éxito, ya que repasa los contenidos y me aconseja… también rechaza algunos escritos con aquella prudente expresión de “Esto yo no lo colgaría”, son escrito ajenos a la ciencia, más bien pataletas que cojo contra los políticos, la Iglesia, los terroristas, y por general se me calienta la lengua.

Dos años de Blog también significan dos años leyendo revista científicas, libros y páginas de Facebook en las que estoy conectado con la NASA, el CERN, el MIT, SETI, los Transhumanistas, las Universidades y laboratorios, y un muy largo etc. Dos años estudiando algunas nuevas materias emergentes: nanotecnología, neurobiología, robótica, cosmología cuántica; dos años vertiendo en libros descubrimientos, progresos, ciencia de una forma entendible para todos, es decir “bajando el listón” como me pide mi otro editor.

Me gustaría realizar un BIC (Brain-Interface-Computer), poder transferir todos los conocimientos que he adquirido a una computadora, pero eso no se conseguirá hasta dentro de algunos años, eso sí, antes de 2045. Creo, como asegura Stephen Hawking que la información no se destruye en el Universo, si no fuera así no existiríamos. Es una esperanza. Mientras tanto me remito a aquel final de Blade Runner, en el que el replicante Nexus-6, ante su eminente muerte, le dice a Harrison Ford: “He vistos galaxias enanas que cabrían en un bolsillo, y vacíos enormes cuya contemplación arrastran al suicidio…He visto nebulosas de gas incandescentes dilatarse en el espacio con la fuerza de una explosión…He visto naves envueltas en llamas, combatiendo más allá de Orión…todos esos momentos se perderán en el tiempo…se perderán como lágrimas en la lluvia».

10 razones para tener sentido del humor

mayo 2nd, 2014

Un dicho popular destaca que medio mundo se ríe del otro medio. El sentido del humor caracteriza a los seres humanos, es una muestra de su inteligencia. Los más inteligentes están dotados de un gran sentido del humor. Se precisa conocimiento e inteligencia para captar el humor, es evidente que a un Neandertal no le produciría ninguna gracia las desgarradoras ideas cómicas de Monty Python.

Cada persona tiene su sentido del humor, hay quien prefiere el humor profundo, intelectual y con gotas de acidez de Woody Allen y quien prefiere las chabacanadas horteras de los Morancos. Va a gustos. Para algunos Tricicle son geniales, para otros no les inmuta. Y hay quienes añoramos el humor de Gila y las irreverentes salidas cargadas de tacos de Rubianes.

Ha habido importantes científicos con gran sentido del humor, como Einstein, Feynman, Carl Sagan, por citar algunos. Ser un genio no significa ser serio. Pero en cualquier caso hay que practicar el humor, sea sarcástico, tétrico, irónico o jocoso. Voy a dar varias razones:

  1. La gente prefiere relacionarse con alguien con sentido del humor que con un individuo huraño y taciturno. La risa es contagiosa. En la enseñanza se aprende más con un profesor con sentido del humor que con el terrible gruñón.
  2. El humor nos da calidad de vida, nos hace enfrentarnos a los problemas con otro cariz.
  3. El humor anima, nos ayuda a superar los momentos difíciles.
  4. El humor produce un aumento de endorfinas que tranquiza, acentúa los ánimos, son antidepresivas.
  5. El humor disminuye la presión arterial como consecuencia del aumento de endorfinas.
  6. El humor reduce el estrés y nos relaja, debido a la reducción de niveles de cortisol.
  7. El humor inteligente sorprende a nuestro cerebro, lo hace trabajar, produce una actividad mental superior.
  8. Según expertos de la Universidad de California, el humor mejora la memoria ya que reduce los niveles de cortisol, hormona del estrés.
  9. El humor aumenta los niveles de dopamina que estimula la mente, aumenta la espontaneidad motora produciendo armonía y placer.

Al producir el humor un aumento de dopamina esta provoca un mayor número de anticuerpos en nuestro sistema inmunológico, lo protege.

Creo que son razones suficientes para tener sentido del humor y ver el lado divertido de la vida. Si a pesar de esto sigue usted siendo negativo, sin sentido del humor y con cara de jugador de póker del Misisipí, hágase monje trapense o inspector de Hacienda.

Os dejo un video de unas artistas que encontré hace unas semanas.

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Meteor

abril 3rd, 2014

Uno de los peligros más grandes a los que está expuesto nuestro planeta es el impacto de un asteroide. También estamos expuestos a una llamarada solar o la erupción de un mega-volcán.

De estas catástrofes sólo podemos prever y neutralizar la de un asteroide asesino. Su peligro se clasifica en la denominada escala de Turín que está graduada de 0 al 10. El 0 representa que el riesgo de colisión del objeto es nulo; del 1 al 4, el riesgo es ínfimo, por lo menos en decenas de años; del 5 al 7 representa un riesgo serio; y de 8 a 10 representan que hay grandes probabilidades que el objeto impacte con la Tierra. El 10 corresponde a un impacto que representaría la extinción de la vida sobre la Tierra.

La gravedad del impacto de un asteroide con nuestro planeta depende del tamaño del cuerpo y el lugar del impacto. Un cuerpo de unos 10 kilómetros de diámetro que cayese en el mar produciría un tsunami de 5 kilómetros de altura que se desplazaría a 1000 kilómetros por hora. Si el impacto se produjese en tierra firme se levantaría nubes de polvo que bloquearían la luz del Sol. Toda nuestra agricultura sucumbiría, al margen de los terremotos y erupciones volcánicas que el impacto provocaría.

El telescopio Gaia está destinado a controlar todos estos objetos que se aproximan demasiado a la Tierra y representan algún riesgo. Gaia es capaz de identificar objetos de pequeño tamaño con un año de antelación.  Entre estos objetos peligrosos está Apophis, de 400 metros de diámetro, que su aproximación a la Tierra el 13 de abril de 2029, representa un riesgo de nivel 4, ya que pasará  a 36.000 kilómetros de nosotros.

El último susto que tuvimos se produjo cuando un grupo de meteoritos cayo cerca de Tchéliabinsk en Rusia, posiblemente restos de un objeto de 17 metros de diámetro que se desintegró al entrar en la atmósfera, y que era compañero de un asteroide que paso a 30.000 kilómetros de la Tierra y medía 30 metros de diámetro. El incidente representó más de mil personas hospitalizadas por heridas causadas por la rotura de cristales.

A pesar de que la Tierra tiene como coraza Júpiter, que debido a su gran masa atrae a todos los potenciales cuerpos peligrosos, la NASA está estudiando diversos métodos para desviar un asteroide que fuese potencialmente peligroso. Por lo que podríamos evitar un terrible impacto y el peligro de extinción de nuestra especie en la Tierra.

Lamentablemente no podemos hacer nada ante la eventual erupción de un volcán como el de Yellowstone, cuyos efectos serían devastadores en todo el planeta. Tampoco podemos defendernos ante una explosión solar con una fuerte llamarada, ni antes la explosión de una estrella, una nova, cercana a la Tierra. Vivimos por azar y capricho de las manifestaciones apocalípticas del Cosmos.

Ya tenemos otro Grial

marzo 31st, 2014

Empiezan a haber tantos Santos Griales como astillas de la cruz, clavos de la crucifixión o brazos de santa Teresa. Las reliquias siempre se han multiplicado. Pero el Grial tiene gancho ya que se popularizo en la saga del Rey Arturo y se escenificó cinematográficamente con Indiana Jones.

Ahora dicen unos investigadores que han encontrado en la basílica de san Isidro de León, la copa de la última cena de Jesús, el Santo Grial. Está manufacturado en cerámica de Qumram utilizada en Palestina, por lo que no se puede realizar la prueba del carbono-14 sin destruirlo.

Dicen que este nuevo y “auténtico” Grial salió del Santo Sepulcro en el año 400 y, después de pasar por las manos de varios califas, uno de ellos se lo entregó a Fernando I en 1054, y de ahí a la custodia de doña Urraca que adorno con joyas.

Hablamos de la copa que Jesús utiliza en la Última Cena, ya que la versión de un José de Arimatea recogiendo la sangre de Jesús en la cruz con este cáliz no aparece en el Nuevo Testamento, y sólo forma parte de la fantasía literaria posterior.

Por ahora todas las copas encontradas son de materiales lujosos para aquella época, cuando los cristianos más humildes siempre pensaron que sería de madera, como corresponde a un carpintero.

Umberto Eco en su novela Baudolino, en una conversación genial entre un rey y un aventurero que quiere ir a buscar el santo Grial, el primero le dice al segundo: “… Nuestro Señor era hijo de un carpintero y estaba con unos muertos de hambre peor que él; durante toda su vida llevó un único vestido que no tenía costuras para que no se le estropease antes de cumplir los treinta y tres, y tú me sales con que se iba de jarana con un cáliz de oro y pispazúlilis. Ya era mucho si tenía una escudilla como esta, que se la había tallado su padre de una raíz…”.

En la actualidad existen varias copas que pretenden ser los verdaderos griales. Una historia apócrifa describe un Grial que fue ocultado en la cueva de San Juan de la Peña en el año 713 por un obispo llamado Auduberto. En el siglo XII, ante la amenaza de los musulmanes, fue llevado a los Pirineos y entregado a los cataros. Tras la destrucción de los cataros la copa regresó nuevamente a España y se ocultó en una cueva bajo la protección de Martín el Humano, rey de Aragón. Una historia más real relata que este Grial fue confiado por el Papa Sixto II, en el siglo III, a su diácono Lorenzo, que a su vez lo envió a Huesca. Cuando los musulmanes invadieron España, el obispo Auduberto lo ocultó en el monasterio de San Juan de la Peña. Está probado que en 1.134 los monjes poseían un cáliz de piedra. Este cáliz pasó en 1.399 a Martín el Humano, que lo depositó en la Aljecería de Zaragoza y durante el reinado de Alfonso el Magnánimo fue a parar a la catedral de Valencia que es donde hoy se encuentra.

Otro de ellos es el que los cruzados trajeron, un Sacro Cantino, una fuente de vidrio verde de unos 40 centímetros de diámetro que fue encontrada durante el saqueo de Cesarea, en el año 1101, y se transportó a Génova, donde hoy está en su catedral. Otro Santo Grial es el cáliz de O Cebreiro (Camino de Santiago) en la iglesia de Santa María, famoso por el milagro eucarístico que hizo que el pan y el vino se transformara en carne de cristo. Existe un Grial británico que es una bandeja de cristal de piedra hallada en Glastonbury.

En 1.995 Graham Phillips publicó un libro que revelaba dónde se encontraba el Santo Grial. El autor parece encontrar la pista de este cáliz en una familia del siglo XIII, ya que el historiador Thomas Wright habría escondido la copa, en el siglo XIX en una cámara secreta ubicada en la base de una estatua de un águila de piedra ubicada en una cueva artificial en Hawkstone Park, a 24 kilómetros del castillo de Whittington, y dejó un código secreto que indicaba el lugar. Walter Langham, nieto de la familia, descifró el código y recuperó el cáliz que se hallaba en la base de estatua. En aquellos tiempos, 1.934, el descubrimiento de “una copa” sólo fue publicado en una guía de rutas llamada Shropshire Rambles, sin darle la mayor trascendencia. Graham Phillips, el autor del libro, contacto con la bisnieta de Langham, Victoria Palmer, quién le confirmo el hallazgo de su bisabuelo. Es más, había heredado la copa y la conservaba, aunque desconocía que pudiera ser el Grial. Esta copa no mide más de seis centímetros y está elaborada en ónice verde, y según los arqueólogos es posible que date de la época romana. Pero, lamentablemente nada prueba que sea la copa que se utilizó en la Última Cena.

Podría extenderme en una larga lista de Griales e historias que pasan de los druidas a las sagas nórdicas sin olvidar los sufíes. La historia del Grial es una leyenda de una reliquia más como las miles que hay en el mundo.

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Azar y probabilidades

febrero 26th, 2014

Dialogaba el otro día con un amigo sobre si todo lo que nos acontecía era consecuencia del azar o las probabilidades. Personalmente defendía que era consecuencia de las probabilidades, el lugar y el tiempo.

Le ponía un ejemplo sencillo a mi interlocutor que defendía el azaroso contexto de que es cuestión de suerte que te atraquen o no te atraquen. Le esgrimía que las probabilidades que le atracasen aumentaban dependiendo del lugar en que estuviese: una ciudad peligrosa con un alto índice de atracos y un barrio conflictivo. Le explicaba que el factor tiempo también aumentaba la probabilidad, la hora del día y la cantidad de horas que transcurras en el lugar peligroso.

Para los físicos cuánticos su mundo no obedece ninguna ley y está regido por las probabilidades. Otros científicos creen que todo está reglado con una precisión correcta. Los hay que creen que la naturaleza está gobernada por lo caótico y lo aleatorio.

Jean Guitton destaca: “Lo que llamamos azar no es más que nuestra incapacidad de comprender las reglas superiores”. Albert Einstein estaba en contra del azar, todo estaba precisado, todo estaba determinado por las fuerzas que lo controlan todo. Concluía diciendo: “Dios no juega a los dados con el Universo”.

¿Esta nuestra vida determinada por un misterioso código matemático? En ese caso viviríamos en una realidad criptica y de naturaleza digital.

A escala cuántica es imposible determinar al mismo tiempo la posición de una partícula y su velocidad. Tampoco se puede predecir cuándo se va a desintegrar. El teorema de la incompletividad, imaginado por Kurt Gödel, produce una brecha. Gödel afirma que todo sistema lógico es inductivamente incompleto. Por tanto nuestro conocimiento de la naturaleza es incompleto. Hay muchas variables ocultas a las que somos inaccesibles.

Diremos, respecto al azar que nuestra existencia es puro azar. Sobrevivimos por azar, por no haber estado en un lugar inoportuno en el momento inadecuado. Por ejemplo un cruce de carreteras, cuando un camión se saltaba un stop. Unos segundos antes hubiéramos sido arrasados, unos segundos más tarde vemos pasar el camión, ya que, posiblemente, esos segundos de diferencias los hemos perdido buscando las llaves del coche antes de ponerlo en marcha.

Nuestra existencia en este planeta se debe a que un asteroide impacto con la Tierra, hace 63 millones de años, y extinguió a los reptiles que dominaban el mundo, permitiendo que los mamíferos evolucionasen hasta alcanzar la especie homo. Azar y probabilidad.

Cada uno de nosotros existe porque compitió con 400 millones de espermatozoides y ganó una mortal carrera que le permitió llegar al ovulo y sobrevivir. Somos consecuencia de probabilidades, una entre 400 millones, más difícil que acertar la lotería “Primitiva”. Si otro espermatozoide hubiera pasado por encima del que lo representaba a usted, y hubiera penetrado en el óvulo, su espermatozoide habría fallecido junto a los otros, y ahora habría otra persona, en vez de usted, la que estaría leyendo estas páginas o las habría dejado porqué le hacían pensar demasiado. Pero las probabilidades y el azar siguieron marcando nuestra existencia a través de las cadenas de ADN que nos han transmitido una herencia que nos permite ser seres normales, aunque no ha todos lamentablemente, ya que el azar ha sido el que ha elegido aquella información genética equivocada que ha hecho que algunos nazcan víctimas de taras irreparables o tengan marcada una fecha límite de vida.

El azar es inexorable, no hay una fórmula matemática que determine que un delincuente va a disparar contra usted cuando salga por la mañana del portal de su casa. Hay fórmulas matemáticas que determinan cuantos delitos de este tipo se cometen al año en su ciudad, incluso que probabilidad tiene que eso le ocurra a usted. Pero no hay una fórmula matemática que determine que eso le va a suceder a usted.

La salud misma depende de la calidad de los alimentos que comamos y la calidad de vida sin contaminantes. Pero queda el azar de que toquemos el pasamanos del metro y luego nuestros labios y contraigamos una gripe. El contagio forma parte de las probabilidades y del azar.

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