No somos homo sapiens, somos homo neuroticus.

septiembre 25th, 2018

No somos homo sapiens, somos homo neuroticus

Somos una civilización que está mentalmente “tocada”. El que esté libre de una neurosis, bloqueo, trauma o males peores…que tire la primera piedra. Por supuesto me incluyo yo, no vayan a pensar que me escaqueo. Ahí estamos todos desde el Papa hasta el último monaguillo. Hemos evolucionado del homo sapiens (si alguna vez lo fuimos) al homo neuróticus.

Somos una sociedad enferma persiguiendo el poder a través de las corrupciones y mentiras (ahora se llaman fakes news y deepfake) y estafas. Toda una serie de comportamientos que revelan el malvado entramado de nuestra mente.

Somos así porque nos han educado competitivamente con el objetivo de arrasar sin piedad a nuestros adversarios. Somos así porque, en ocasiones, una proteína mal doblada invade nuestro cerebro, un gen heredado nos convierte en crueles, una infancia con un entorno violento nos transforma el cerebro. Somos, en muchas ocasiones, lo que vemos, y el espectáculo no es apto para menores. También somos consecuencia de la mierda que comemos cargada de metales tóxicos que alteran nuestro cerebro más de lo que creemos. Somos así por el alcohol que consumimos. Sépase que hay en el mundo occidental, 263 millones de hombres y mujeres que padecen trastornos por el consumo del alcohol.

Millones de personas adolecen de trastornos bipolares, son gente con perturbaciones de ánimo y de energía que pueden ser bajos o exageradamente altos. Unos estados que afectan a la cognición.

Una de cada cien personas es narcisistas, individuos con una admiración exagerada por sí mismos y con una exaltación de su ego. El 1% de la población mundial, setenta millones, es esquizofrénica, es decir, tienen alteraciones en la percepción de la realidad que les induce a un pensamiento desordenado con alucinaciones. Existen entre nosotros incontables paranoicos, seres narcisistas con grandes frustraciones que desconfían de todo lo que los rodea, son seres inseguros, hipocondriacos que confunden la realidad, peligrosamente muchos de ellos se sienten elegidos para salvar al mundo. Otro 1% de la población son psicópatas, seres con un coeficiente de inteligencia muy alto que les permite acceder a carreras universitarias y llegar a ser grandes cirujanos, psiquiatras, artistas, políticos. Son astutos, ingeniosos, manipuladores, seductores y persuasores, aspectos que saben manejar con gran encanto y carisma. Saben deducir lo que piensan las otras personas, pero en realidad son insensibles, carecen de emociones y de empatía. Ese 1% representa más 70 millones en el mundo, así que si está en un lugar público puede, sin saberlo, tener sentado uno a su lado, o si trabaja en una gran multinacional tenerlo de compañero.

Uno de los aspectos que más se generaliza en nuestra sociedad es el sadismo, ese placer que obtienen algunos sujetos por infringir dolor a otras personas, por humillarlas, torturarlas, violarlas o infringirlos sufrimientos psicológicos. Es  una conducta cruel que tienen muchos individuos, que se dispara en los conflictos bélicos con matanzas innecesarias, con torturas a prisioneros practicadas por militares, o policías. Un trastorno psicológico que cada vez es más frecuente y del que se desconocen unas causas concretas. ¿Qué convierte a un sujeto normal en un monstruo torturador? En muchos casos es el hecho de haber sufrido situaciones familiares de este género, en otras haber vivido años en un país con un conflicto bélico, dos casos en los que individuo sádico a aprendido por modulación.

Al margen tenemos millones de delincuentes y millones de drogadictos y millones de fanáticos religiosos dispuestos a matar por sus creencias.  Sin contar aquellos exaltados egos dominantes o violentos con su entorno social, laboral o familiar. O comportamientos como la de los pederastas, algunos con alza cuellos que debieran haber dado ejemplo y no arruinar psicológicamente la vida de miles de personas.   No es un panorama muy alentador, no me extraña que los extraterrestres no quieran contactar con nosotros. A veces parece que vivimos en  un manicomio.

Tratamos de contener el tsunami de perturbaciones mentales con fármacos y  hemos convertido las pastillas en un hábito, en algo necesario, indispensable, primordial, imprescindible. Vivimos en el siglo de las píldoras con un 75% de la población enganchada a los fármacos. Se toma éxtasis para poder estar a la “altura”; metanfetaminas para calmar el estrés; las píldoras anticonceptivas para no quedarse embarazada, y cuando estas fallan, el RU-486 para abortar; Prozac para evitar la depresión; Valium y otros ansiolíticos para la ansiedad; somníferos para poder dormir; Viagra para poder tener una erección; Xenical para vencer los problemas de la obesidad; insulinas los paranoicos; antipsicóticos para los trastornos de bipolaridad; Seroxat contra la timidez y para aumentar los niveles de seratonina en el cerebro y recuperar la euforia y la confianza en uno mismo. Y ahora el Modalfinilo y otros psicotrópicos para aumentar la concentración, memoria y actividad neuronal. Total toda una civilización enganchada a los fármacos, dependiente de estos y tutelados y regidos por ellos.

Menciono todos estos comportamientos sociales para destacar que nuestra civilización, vista para otros seres más evolucionados del cosmos, convierte a nuestro planeta en un lugar extremadamente peligroso. ¿Ustedes contactaría con una civilización tan salvaje? Una civilización con un planeta lleno de seres con conductas inhumanas, con conflictos armados, con matanzas, con miles de niños muriéndose de hambre, con tratos crueles a los animales, con peligrosos seres sanguinarios, brutales y desalmados. Nadie con un solo dedo de juicio intentaría contactar con un mundo así. Sería como meterse con un pulsera y un reloj de oro en el Harlem neoyorquino a las dos de la madrugada, o pasear por los arrabales de México con un descapotable fumando un habano. No nos extrañe que civilizaciones más avanzadas no quieran contactar con nosotros, somos una civilización que aún vive en la barbarie, somos seres que solo nos interesa un contacto con los extraterrestres para beneficiarnos de sus avanzadas tecnologías y poder dominar con ellas a todos los países  de la Tierra.

 

 

 

 

Comentarios desactivados en No somos homo sapiens, somos homo neuroticus.

Comments are closed.