El 14 de noviembre el Compact Muon Solenoid (CMS), del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) detectó un curioso objeto que se ha denominado Y(4140) y que ya se había detectado fugazmente en el 2009. El pasado 18 de este mes se ha anunciado, prudentemente, el descubrimiento.
Es algo, partícula o conjunto de partículas, que también puede ser, con una probabilidad de 1/3,5 millones, una fluctuación estadística.
Parece compuesto de quarks y antiquarks. Los quarks integran los protones, neutrones y un zoo de partículas menores. Existen seis quarks destacados: arriba, abajo, encanto, extraño, cima y fondo. Los antiquarks son replicas en antimateria en que las cargas están invertidas y se aniquilan.
El extraño objeto ha sido observado en colisiones de una energía de 4,1 giga-electronvoltios (un giga es mil millones de electronvoltios, un electronvoltios es la cantidad de energía que un electrón recibe si cruza desde la carcasa negativa de una pila de 1 voltio a su polo positivo).
El extraño objeto detectado podría ser una estructura de composición hibrida, compuesta por diversas partículas, por ejemplo, 4 quarks unidos. Por ahora se desconoce que es. No se descarta que pueda ser algo nuevo, algo desconocido hasta ahora.
Sin duda, el LHC parece, tras el descubrimiento del bosón de Higgs, estar entrando en un mundo subatómico sorprendente que nos depara grandes sorpresas. Sus objetivos son determinar la causa de la ruptura de la simetría electrodébil, búsqueda de nuevas fuerzas de la naturaleza, descubrir la materia oscura y las dimensiones ocultas del espacio-tiempo. En resumen, un mundo fantástico que está en el nuestro.